Pachi Rivero es uno de los navegantes de referencia, tanto en España como en el panorama internacional de la vela. Ha completado dos veces la increíble aventura de dar la vuelta al mundo sin escalas en barcos con dos tripulantes y ha participado en dos Copas América, el equivalente en vela a la Fórmula 1 del automovilismo. Ahora Pachi Rivero se convierte en un auténtico fichaje ‘galáctico’ para Club de Mar-Mallorca pues este gran deportista navegará con su espléndido barco Calima enarbolando el pabellón de nuestro club.
Pregunta.- ¿Cómo empezaste en el mundo de la vela?
Yo nací en Santander y allí fue donde empecé a navegar, pues es una ciudad con mucha afición a la vela. Luego vine a Mallorca a hacer el servicio militar y ahí fue donde comencé en el circuito profesional a través de la Comisión Naval de Regatas de la Armada. De ahí han salido muchos regatistas de elite en la vela española.
P.- ¿Empezaste entonces en esos inicios en Mallorca a regatear en la Copa del Rey?
Respuesta.- Hemos ganado Copas del Rey con barcos como el Nationale Nederlanden, Azur de Puig, entre otros. Desde 1984 he participado en casi todas las ediciones de la Copa del Rey.
P.- ¿Cómo se vive una vuelta al mundo a vela sin escalas?
R.- Dar la vuelta al mundo sin escalas es una experiencia extrema, navegando por todos los océanos del mundo, pero es maravillosa. Ahora lo echo mucho de menos. Me gustaría mucho volver a navegar por el Índico o el Pacífico Sur que es uno de los mares más duros que hay. Es vivir solo para navegar y para intentar llevar el barco lo más rápido posible. En la primera tardé 97 días y en la segunda 91.
P.- Una experiencia tan extrema y de tantos días tendrá muchos momentos buenos, pero también malos…
R.- A veces se pasa mal, pero eso se olvida rápido. Pasas frío, hambre y hay momentos de gran tensión cuando te encuentras en medio de un temporal. Pero los momentos que más echas en falta son las grandes planeadas en el Índico y en el Pacífico Sur. El navegar con el barco rápido siempre haciendo más de 400 millas cada día.
P.- Del extremo de la aventura de la vuelta al mundo, pasemos a la pura velocidad. ¿Cómo fue tu experiencia en la Copa América?
R.- He participado como regatista en dos Copas América, en el 92 y el 95 en San Diego, y en la de Valencia hice de coach para los proas siempre con el desafío español. Es una regata más del día a día. En la Copa América siempre cuentas con las últimas tecnologías. Cada día estás probando cosas nuevas para ir lo más rápido posible con el barco. Es como la Fórmula 1 en el aspecto de la constante innovación y hay que intentar limar cada segundo.
P.- Ahora navegas con el Calima, un barco que ha marcado auténticos hitos en la vela española. Cuéntanos su historia
R.- El Calima es un barco mítico, ha ganado regatas internacionales como la Giraglia o la Fastnet. Está construido en madera en los astilleros Carabela de Barcelona. Es un Sparkman & Stephens de 43 pies. Su anterior armador, Javier Pujol, siempre lo ha tenido muy bien mantenido y a tope. Es una maravilla. Es un barco Espíritu de Tradición de 1971 que ahora comienza una nueva vida conmigo. Queremos que siga en los puestos en los que ha estado siempre, ganando regatas, como conseguimos hace solo unos días en la última PalmaVela. La próxima cita será la Illes Balears Clàssics. También iremos a Pollença, Mahón y, si podemos, haremos la Puig de Barcelona.
P.- ¿Qué papel juegan las regatas de vela clásica en la supervivencia de estos barcos que son ya patrimonio marítimo?
R.- Es fundamental que existan regatas para barcos clásicos como la que organiza cada año el Club de Mar porque estas embarcaciones no pueden competir con barcos más modernos pero con estas pruebas se consigue que estos barcos estén bien de puesta a punto y de mantenimiento lo que permite alargar todavía más su vida.