El director de seguridad del Club de Mar explica las líneas fundamentales para afrontar con éxito posibles incidencias.
La mejor seguridad es la que no se ve, la que no hace nunca falta, y para conseguir eso existen dos principios fundamentales: una buena prevención y una excelente organización. Pedro Barceló está al frente del equipo responsable de la seguridad en el Club de Mar Mallorca desde hace cuatro años. Su máximo logro es precisamente que nunca pase nada pero, sin embargo, su deber es que las instalaciones y todo el personal estén perfectamente preparados para todo.
Ese todo abarca un amplio abanico de incidencias: caídas, heridas, problemas graves de salud, temporales, vertidos contaminantes, incendios, vías de agua, hundimientos… y un largo etcétera. Cada uno de los puntos de esta lista requiere una preparación específica, primero para anticiparse e intentar evitar que suceda y, si resulta inevitable, disponer de los medios necesarios y saber exactamente cómo actuar para afrontar la situación de la mejor manera posible con el objetivo reducir a cero las consecuencias.
Pedro Barceló es consciente de que la mejor manera de afrontar cualquier incidencia es que todo el personal del Club de Mar sepa qué tiene que hacer ante cada situación: “Cada año realizamos una formación anual para todos los departamentos que incluye primeros auxilios, parada cardiorrespiratoria y acción contraincendios y, como mínimo, efectuamos dos simulacros, uno contraincendios y otro medioambiental, por posibles vertidos”, explica el director de seguridad del Club de Mar.
El Club de Mar cuenta con un protocolo, el Codigo Uno, que conoce todo el personal de la entidad, independientemente del departamento en el que trabajen, en el que se establecen paso a paso las instrucciones a seguir en caso de cualquier emergencia.
Ese protocolo se divide en dos apartados: “El primero de ellos se refiere a los casos en que podemos solventar la incidencia con nuestros propios medios y el segundo, cuando se hace necesario avisar a personal exterior, como pueden ser los bomberos o personal sanitario de emergencia”, detalla Barceló.
Todos estos ejercicios de formación, prevención y simulacro evolucionan progresivamente para incluir posibles nuevas incidencias y mantenerse actualizados. En este aspecto, Pedro Barceló puntualiza: “En el último simulacro hemos implementado posibles riesgos como las atmósferas explosivas o cuestiones relacionadas con la seguridad”.
En la lucha contraincendios, el Club de Mar ha incorporado recientemente una moderna autobomba con capacidad para impulsar agua a más de 40 metros de distancia. Puede desplazarse a cualquier punto de las instalaciones y tiene la opción de suministrarse directamente de agua del mar. También permite lanzar espumógeno, dependiendo del tipo de incendio que necesite sofocar.
Aparte, las instalaciones cuentan con la equipación contraincendios prevista en los reglamentos de prevención y seguridad: extintores portátiles y móviles, bocas BIE (Bocas de Incendio Equipadas) y las conexiones hidrantes a las que pueden enchufar sus mangueras los bomberos para obtener agua en caso necesario. Pedro Barceló hace constar una nueva aportación: “También contamos con agentes extintores lanzadores que son como balones que se arrojan a la zona afectada por las llamas y al impactar expanden el agente contraincendios que portan en su interior. Son muy prácticos para lugares de difícil acceso”.
El Club de Mar Mallorca también dispone siempre de un vehículo de emergencias de guardia permanente equipado con todo el material necesario para afrontar con la máxima rapidez cualquier tipo de incidencia en cualquier punto de las instalaciones: bombas de achique, equipo de primeros auxilios y medios contraincendios.
En el apartado de primeros auxilios, el Club de Mar está registrado ya en la Conselleria de Salut del Govern balear como espacio cardioprotegido. En el club hay permanentemente dos desfibriladores semiautomáticos externos. “El 50 por ciento de la plantilla está preparado para utilizarlos correctamente, por lo que garantizamos que en todos los departamentos y en todos los turnos siempre habrá alguien preparado para usarlo de manera eficaz”, concreta el director de seguridad de la entidad.
Todo este esfuerzo constante puede pasar desapercibido pero ese es con seguridad su mayor éxito pues, según Pedro Barceló: “Los resultados del plan de seguridad han sido siempre muy buenos gracias sobre todo a la formación y la implicación del personal y a la práctica constante. Hemos recibido incluso felicitaciones por parte de Autoridad Portuaria o los bomberos por nuestra eficacia en este aspecto”.
Sin embargo, nunca es suficiente: “Constantemente estamos puliendo detalles y procedimientos para mejorar en base a la experiencia que acumulamos tanto en los simulacros como en las incidencias reales que puedan surgir por poco importantes que sean”, reconoce Pedro Barceló. El objetivo sigue siendo trabajar en la prevención y en la formación para dar una respuesta rápida y eficaz en caso de intervención.