La sección piragüismo del Club de Mar Mallorca ha sido pionera en Baleares en la integración de personas con discapacidad.
En el Club de Mar Mallorca siempre hemos destacado el papel del deporte como escuela de vida y de valores. Concebimos el deporte como filosofía de vida y afán de superación. Sin duda, si hay alguien que ejemplifica mejor que nadie esa actitud y esa disposición son los palistas de paracanoe de nuestro equipo.
Hace solo unos días, la Real Federación Española de Piragüismo otorgó en su gala anual el premio Valores a Ismael Uali, coordinador nacional de la sección de paracanoe. Este técnico explicaba hace unos días cómo hay que cambiar el chip para entender que “no son personas con discapacidad haciendo un deporte. Son deportistas con alguna discapacidad”.
El Club de Mar ha sido pionero en Baleares junto al Real Club Náutico de Palma en la integración de deportistas con discapacidad en la sección de piragüismo. En la actualidad, el equipo de paracanoístas está compuesto por cuatro deportistas: Jana Mestre, la más veterana en la sección, Carlos Angulo, Alejandro Martí y Tim Vergara, que ya comenzó a practicar deporte desde pequeño en la escuela del Club de Mar. Todos menos Alejandro, que ha sido la última incorporación, han tenido ya la ocasión de participar incluso en alguna competición.
Según explica Ginés Cerdán, responsable de la sección de piragüismo del Club de Mar: “Cada uno tiene un objetivo diferente: unos quieren participar en competiciones de alto nivel, otros quieren practicar deporte y mejorar el tono muscular y algunos, sencillamente, disfrutan realizando una actividad física en la naturaleza, pues el piragüismo es una actividad en la naturaleza, en el mar, en una isla con nueve o diez meses de buen tiempo para realizar este deporte y eso es tan bueno para las personas con discapacidad como para cualquiera”.
Sin embargo, esa diversidad de objetivos tiene también un beneficio común para todos ellos que sintetiza el técnico: “Una vez que se sientan en la piragua, dejan la discapacidad a un lado. Desde fuera ni siquiera ven a una persona con discapacidad, sino a una persona que está remando, como cualquier otra”.
Carlos Angulo incide en este aspecto: “Hay muchas lesiones que no suponen ningún impedimento en la piragua, es suficiente con ser capaz de sujetarte bien en la embarcación y mantener el equilibrio”. Además de paracanoe, Carlos practica vela y bicicleta. Con el kayak empezó hace un par de años tras hacer un curso para iniciarse en este deporte en Zaragoza y se incorporó al equipo del Club de Mar. En su opinión “lo que marca la diferencia en este club son los técnicos porque probablemente en algún otro sitio podamos tener incluso más comodidades, pero lo que ponen Ginés y Gisele de su parte, no tiene precio”.
Precisamente la técnica Gisele Corte ofrece un ejemplo radical sobre lo inclusivo que es el piragüismo para las personas con discapacidad: “En el último mundial de kayak de mar de Portugal participó un deportista brasileño ciego, al que simplemente acompañaba en otra embarcación un guía y completó los 16 kilómetros de navegación que hicimos todos”.
Jana Mestre es la más veterana y la más laureada de los paracanoístas del Club de Mar. Consiguió la medalla de bronce en el Campeonato de Europa de 2015 en Racize, en la República Checa y también participó en el Campeonato del Mundo de Milán el mismo año. Por aquel entonces remaba en la modalidad de sprint pero cuando llegó al Club de Mar se inclinó por las pruebas de fondo: “En la competición de sprint te entrenas durante meses para luego competir solo minutos, pero yo disfruto más con distancias largas”. Mestre recuerda con especial orgullo su medalla en la República Checa, pues es originaria de ese país y tuvo la gran satisfacción de que sus padres pudieran verla subir al podio en una competición de primer nivel: “Para ellos fue una gran recompensa pues comprobaron que gracias a mi situación pude cumplir el sueño de mi vida deportiva”.
Por su parte, Alejandro Martí, es la más reciente incorporación a la sección de paracanoe del Club de Mar pues lleva poco más de un año practicando este deporte: “Después de mi accidente me gustaba hacer remo en máquina en un gimnasio que hay cerca de casa. Vi que el piragüismo era un deporte similar, descubrimos este club y la verdad es que no tiene nada que ver con el gimnasio”. Sobre sus intenciones de competir más adelante, Martí muestra la actitud y disposición que distingue a estos deportistas: “De momento no me lo planteo, lo veo todavía un poco difícil, más que nada porque a mí lo que me gusta es ganar. Primero tengo que ponerme fuerte y después, ya veremos”.
Alejandro destaca también la dedicación de los técnicos del club y hace hincapié en la importancia y el valor que tiene para los deportistas con discapacidad el trabajo en grupo. Gisele Corte incide también en este aspecto: “Los deportistas de paracanoe lo comparten todo con el resto del equipo, tanto en el gimnasio como en el agua. Reciben ayuda extra en ciertos momentos, como puede ser el traslado del material, pero luego trabajamos con todos por igual”.